lunes, 29 de marzo de 2010

Benito Juárez


Juárez y las leyes de reforma.

¡Que difícil hubiera sido la realización de nuestro México sin las leyes de reforma, me atrevo a decir que sería imposible!

Visionarias y muy necesarias para unos, herejes y peligrosas para otros, controversiales para todos como sello distintivo, pero cual es la importancia de ellas para nuestros días.

Nacionalización de los bienes del clero, separación de la iglesia y el estado, prohibición de la asistencia oficial a ceremonias religiosas, exclaustración del clero regular y extinción de corporaciones eclesiásticas, además del establecimiento del registro civil de nacimientos, matrimonios y defunciones junto con la secularización de cementerios; he aquí la esencia de las leyes de reforma.

Partiendo de la base del dominio que la iglesia ejercía sobre los asuntos públicos y la sociedad entera el solo pensar en desafiar a la autoridad eclesiástica era una hazaña sobrehumana; pero no era únicamente el clero quien ostentaba poder mundano ilimitado y acumulaba riquezas excesivas también estaban los militares y los grandes terratenientes interesados en mantener el Status Quo en medio de una sociedad casi feudal.

¡Religión y fueros! O intolerancia religiosa y trato privilegiado al clero y al ejercito, eso era lo normal. La religión y la política eran indisociables en medio de una sociedad acostumbrada a la inercia.

Hacia falta la fortaleza la decisión, el impulso, la templanza, la sabiduría de un hombre que tomará las riendas y que afrontará el infortunio propuesto por los feudales de la época. Proposiciones diferentes, soluciones justas para la mayoría, impulso de una nueva visión para una nación, eso son y constituyen las leyes de reforma y esas son las cartas de presentación del presidente Benito Juárez.

¡Se rompió la inercia! ¡Se disociaron la iglesia y el estado! ¡Surgió el estado laico! y a partir de entonces comenzó una lucha en pro de la defensa de la legalidad, por el poder político y civil de los ciudadanos y la construcción de un régimen positivo para la nación, se modernizo el pensamiento político pero también se adquirió un enorme desafió: favorecer la convivencia armoniosa y respetar la pluralidad.

Hoy, son las Leyes de reforma el origen de las libertades y derechos que todos gozamos como la tolerancia, los derechos del hombre, derechos de enseñanza, prensa, trabajo, reunión y de libertad de cultos; todo esto porque en las leyes de reforma fueron plasmados valores trascendentales y vigentes. Y por eso no es cosa menor recordar la importancia de esta conquista porque aun hoy la lucha por mantenerla sigue y en este momento es nuestro deber, responsabilidad y derecho exigir que se respeten y cumplan pues continúan siendo un pilar de la sociedad y el gobierno y su incumplimiento o modificación solo resultaría un retroceso para todos.

Por ese motivo, no podemos aceptar remedios populistas, que quieren tergiversar esas preciadas; “políticos” de pacotilla que piensan que nos pueden jugar el dedo en la boca, ya no somos las personas que en aquel tiempo nos dejamos guiar y oprimir por algunos, hoy somos personas que razonamos y que sabemos cómo deben realizarse las cosas para salir adelante, pensemos en Juárez en su vida, su esfuerzo y no tiremos a la borda por un plato de frijoles lo que hasta hoy, paso a paso hemos logrado.

Viva Juárez y las leyes de reforma que propuso!
Viva todo mexicano que las impulse y que las pone en práctica!
Viva toda persona que con el mismo tesón las práctica y defiende!
Viva México!

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