sábado, 27 de marzo de 2010
educativo
Hablar para seducir.
La seducción de las palabras se dirige no sólo al intelecto del otro sino, sobre todo, a sus emociones.
Esta seducción se basa en:
• La lógica argumentativa, descriptiva y poética.
• El sonido de las palabras, el tono, el timbre de voz, el ritmo, la cadencia.
• Las sensaciones que evocan las palabras.
Quien pretende seducir debe conocer al otro, comprender sus intenciones y los resortes que pueden influir en su ánimo.
Ir regulando su discurso en función de la respuesta del otro.
El estudiante habrá de saber reaccionar críticamente ante determinadas formas de seducción-engaño.
Al planificar una exposición oral o un texto escrito o cuando se analiza un mensaje recibido, se debe reflexionar sobre el carácter connotativo de dicho mensaje.
Enseñaremos a los estudiantes a:
• Analizar el impacto que produce su mensaje en quien lo recibe.
• Estudiar la manera en la que influyen los diferentes recursos en el ánimo del receptor.
• Identificar los mecanismos de la seducción a través de la palabra.
• Saber cuándo y por qué puede ser útil emplear esos mecanismos.
Empatizar para compartir.
Ser empático es:
• Identificar e identificarse con los propósitos y sentimientos de otro.
• Saber inferir algunos aspectos del estado mental y emocional de los que nos rodean.
• Ponerse en su perspectiva.
Es fundamental que el estudiante aprenda a conocer las concepciones y sentimientos del otro sobre un tema, Cuáles son los objetivos y planes del otro?, Qué recursos y mecanismos pone en marcha para hacerlos efectivos.?, Cuándo considerará que ha logrado alcanzarlos?
La empatía tiene numerosas ventajas:
• Mejora la escucha (perspectiva del emisor).
• Potencia la conversación (punto vista del interlocutor).
• Exige comprensión lectora (perspectiva del autor).
• Estimula la composición escrita (punto vista destinatario).
• Favorece la cooperación (perspectiva del grupo).
¿Cómo desarrollar esta competencia?
Juegos de rol y dramatizaciones.
Grupos de soporte emocional: frente a crisis personal de un compañero.
Escucha reflexiva: participación en debates en clase; el intervenir hay que resumir las palabras del anterior o incluir alguna de las ideas de otro.
Análisis de casos: analizar el estado emocional de un personaje, examinando los indicios que presenta y las razones que le llevan a pensar y actuar de ese modo.
Cooperar para triunfar.
La cooperación consiste en trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes.
Hemos de facilitar al alumno la construcción de su propio conocimiento interactuando con sus iguales, el entorno y las diversas fuentes de información.
El trabajo cooperativo es una excelente estrategia para la atención a la diversidad.
La escuela del futuro se ha convertir en un centro de alto rendimiento basada en el trabajo cooperativo; se moverá por el principio de innovación; estará dirigida a la resolución de problemas.
Las condiciones para el trabajo cooperativo son:
• Interdependencia positiva: compromiso con el equipo.
• Responsabilidad individual: cada uno su parcela de tarea.
• Interacción cara a cara: proximidad, diálogo fluido, apoyo y refuerzo mutuo.
• Habilidades sociales: comunicación apropiada, resolución constructiva de conflictos, participación, adopción de la perspectiva del otro...
• Evaluación grupal: reflexionan conjuntamente y aplican ajustes y mejoras.
Fijarse metas para superarse.
Es imprescindible marcarse unas metas conscientes al realizar cualquier tarea.
Dependiendo de qué objetivo nos fijemos, dirigiremos más o menos atención hacia un aspecto u otro. Las metas determinan en buena parte las diferentes estrategias que pondremos en marcha para llevar a cabo cada tarea.
¿Qué aspectos pueden ayudar a los chicos a marcarse metas, a «querer aprender»?
• Promover su autonomía: que modelen sus objetivos y sientan que controlan su comportamiento y proceso.
• Proponer tareas que impliquen un desafío: la dificultad habrá de ir pareja a la sensación de competencia.
• Estimular su curiosidad: la tarea ha de tener algo de imprevisible y novedoso.
• Convencerles de que sus capacidades son ampliables, cuando hay una buena planificación estratégica.
• Enseñarles a relativizar las consecuencias del éxito y el fracaso: al triunfar nos estamos superando sólo a nosotros mismos; el fracaso es sólo un fallo, muchas veces necesario para progresar y aprender.
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